sábado, 29 de enero de 2011

Mañana

"Él iba a ser todo lo que un mortal debiera ser, mañana.
Nadie iba a ser mejor o más valiente que él, mañana. Un amigo tenía él con problemas y tristezas, que gustoso estaría de recibir su apoyo. Él dijo que lo llamaría y vería lo que podría hacer por él, mañana.
Cada mañana apilaba las cartas que él escribiría, mañana.
Y pensó en las personas que podría hacer feliz, mañana.
Ciertamente era terrible que él estuviera ocupado hoy, que no tuviera un momento para detenerse y pensar; pero decía que más tiempo tendría para darles a los demás, mañana.
Este hombre hubiera sido el mejor de los trabajadores, mañana. El mundo lo hubiera conocido si él hubiera visto el mañana.
Sin embargo, la verdad es que murió y desapareció y lo único que dejó fue una montaña de cosas que intentaba hacer mañana.


Edgar Guest"

Tomado del libro Autoboicot de Bernardo Stamateas

jueves, 27 de enero de 2011

¿El Final o El Retorno?

"Elizabeth Barrett Browning describe en una poesía el final de la vida como un retorno al amor puro:

- Adivina quién te sostiene.
- La muerte -dije. Pero, entonces,
sonó la respuesta deslumbrante...
- La muerte no, sino el amor.
"

Extraído del libro En busca del Equilibrio de Wayne W. Dyer

lunes, 24 de enero de 2011

Muéstrame el Camino

"Cada noche digo una plegaria
esperanzado en que hay un cielo.
Pero cada día estoy más confundido
mientras los santos se tornan en pecadores.
Todos los héroes y leyendas que de niño conocí
han caído como ídolos de barro.
Y siento en este lugar vacío dentro de mí,
tanto miedo que he perdido mi fe.
¡Muéstrame el camino! (BIS)
Llévame esta noche al río
y deja a la corriente lavar mis ilusiones.
¡Y muéstrame el camino!
Y mientras lentamente consigo dormir
por un momento los sueños son sagrados.
Cierro mis ojos y conozco allí la paz,
en este mundo tan lleno de odio.
Despierto cada mañana y pongo las noticias
para encontrar que tan lejos hemos llegado.
Y sigo teniendo esperanza de una señal,
tan asustado que quizás no la reconoceré.
¡Muéstrame el camino! (BIS)
Traeme esta noche a la montaña y libérame de la confusión
¡Y muéstrame el camino!
Y si veo una luz ¿debo creer?
Dime, ¿como sabré?
¡Muéstrame el camino! (BIS)
Llévame esta noche al río
y deja a la corriente lavar mis ilusiones.
¡Muéstrame el camino!
¡Por favor, muéstrame el camino!
Dame la fuerza y el coraje
para creer que lograré algún día llegar.
¡Y por favor, muéstrame el camino!
Cada noche digo una plegaria
esperanzado en que hay un cielo
."

Traducción al español de la canción Show me the Way del grupo Styx


domingo, 23 de enero de 2011

Fortunas del Campo

"Cierta vez un acaudalado padre de familia llevó a su hijo a un viaje por el campo con el firme propósito de que éste viera cuan pobres eran ciertas personas y comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos. Estuvieron un día y una noche en la granja de una familia campesina muy humilde. Al concluir el viaje, ya de regreso, le pregunta a su hijo:
- ¿Qué te pareció el viaje?
- ¡Muy bonito, papá!
- ¿Viste qué tan pobre y necesitada puede ser la gente?
- Sí.
- ¿Y qué aprendiste?
- Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina de veinticinco metros, ellos un riachuelo sin fin. Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. Nuestro patio llega hasta el muro de la casa, el de ellos hasta el horizonte. Especialmente, papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia. Tú y mi mamá deben trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo.
El padre se quedó mudo y el niño agregó:
- Gracias, papá, por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser."

Tomado del libro La Culpa es de la Vaca de Jaime Lopera y Marta Bernal.

domingo, 16 de enero de 2011

Palabras de un Reloj

"Trabajo más que cualquier mortal, pero más fácilmente porque lo hago segundo a segundo.
Tengo que hacer miles de tic-tac para formar un día, pero dispongo de un segundo para hacer cada uno de ellos. No los quiero hacer todos a la vez.
Nunca me preocupo de lo que hice ayer, ni de lo que tendré que hacer mañana. Mi ocupación es de hoy... ¡aquí y ahora!
Sé que si hago lo de hoy bien, no tendré que molestarme por el pasado ni preocuparme por el futuro.
Tú, que eres persona, si quieres vivir tranquilo y tan feliz como yo, no trates de vivir toda tu vida, ni echarte todo el peso de tu trabajo en un solo día. ¡Vive ahora!
Haz el trabajo de cada día en su día. Te convencerás de que si se toma tiempo, siempre hay tiempo para todo.
Hay un modo difícil de hacer el trabajo que tiene que hacerse.
Si quieres encontrar el modo fácil... ¡mírame a mí! Nunca me preocupo, nunca me apresuro... ¡pero nunca me retraso!
Lo que tengo que hacer... ¡lo hago!... ¡Ese es el secreto!"

Extraído del libro Autoboicot de Bernardo Stamateas

martes, 11 de enero de 2011

La Pequeña Piedra

"Había una vez, en el país de las Piedras, una pequeña piedra que estaba empeñada en ser una piedra preciosa para ser importante y admirada por todas las demás. Por eso tenía en su casa una impresionante colección de disfraces. Los tenía de esmeralda, de rubí, de zafiro, de diamante, de plata y de oro. Eran reproducciones casi exactas. Cuando se los ponía, parecían realmente auténticos.
A esto había que añadir lo bien que interpretaba la pequeña piedra su papel. Si iba disfrazada de esmeralda, hablaba como las esmeraldas, caminaba como las esmeraldas, se comportaba como las esmeraldas. No había detalle que se le escapara y que la pudiera delatar.
Pero tenía que tener cuidado en una cosa: no podía darle directamente la luz del sol porque entonces descubrirían que no era transparente como las auténticas esmeraldas. Lo mismo le ocurría con los disfraces de rubí, de zafiro y de diamante. Así que sólo se los ponía cuando era de noche o al atardecer. Por el día se disfrazaba de oro o de plata. Aunque con estos disfraces tenía el peligro contrario: si dejaba de darles la luz del sol, dejaban de parecer oro o plata auténticos. Sin embargo, la pequeña piedra lo tenía todo muy bien controlado.
Y así fue pasando su vida. Nadie se dio cuenta del engaño. Los que la conocían como esmeralda le tenían una gran admiración y aprecio. Y lo mismo ocurría con los que la conocían como diamante, como oro, como zafiro, como rubí o como plata. Pero un día, estando la piedra tomando el sol disfrazada de oro, un hombre que pasaba por allí quedó deslumbrado con su brillo y la tomó. Al ver que era oro, dio un salto de alegría y fue corriendo a ver a un joyero para que le dijera cuál era su valor. Pero cuando el joyero la examinó, vio que era una simple piedra cubierta con una funda dorada. Entonces el hombre, desilusionado, la tiró por la ventana.
Al caer al suelo, la piedra se rompió en mil pedazos, y sorprendentemente, dejó al descubierto que su interior estaba ocupado por un diamante de gran calidad y de un valor incalculable. Un diamante que nunca había podido salir a la luz porque la pequeña piedra se había empeñado toda su vida en imitar a otras para ser valiosa e importante.

Autor Anónimo"

Tomado del libro Autoboicot de Bernardo Stamateas