viernes, 31 de diciembre de 2010

Los Erizos

"En una noche oscura y fría, algunos erizos descubren que si se juntan tienen menos frío. Se acercan cada vez más, pero son erizos, y se pinchan unos a otros. Asustados, se apartan. Cuando se alejan, se lamentan de haber perdido el calor pero, al mismo tiempo, temen pincharse. Así siguen durante algún tiempo hasta que descubren una distancia que les permite darse calor sin lastimarse".

Arthur Schopenhauer.

Cita tomada del libro Autoboicot de Bernardo Stamateas

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Una Ocasión Especial

"Mi amigo abrió el cajón de la cómoda de su esposa y vió un paquete envuelto en papel de seda. 'Esto -se dijo- no es un simple paquete, es lencería fina'.
Tiró el papel que lo envolvía y en efecto observó la exquisita seda y el encaje. 'Ella compró esto la primera vez que fuimos a Nueva York hace 8 o 9 años. Nunca lo usó. Lo estaba guardando para una ocasión especial. Bueno... creo que esta es la ocasión'.
Se acercó a la cama y colocó la prenda junto con las demás ropas que iba a llevar a la funeraria. Su esposa acababa de morir.
Volviéndose hacia mí, dijo: - No guardes nada para una ocasión especial, cada día que vives es una ocasión especial.
Todavía estoy pensando en esas palabras que desde entonces han cambiado mi vida.
Ahora estoy leyendo más y limpiando menos. Me siento en la terraza y admiro el paisaje sin fijarme en las malas hierbas del jardín. Paso más tiempo con mi familia y amigos y menos tiempo en el trabajo. He comprendido que la vida debe ser un patrón de experiencias para disfrutar, no para sobrevivir. Ya no guardo nada. Uso mis copas de cristal todos los días y me pongo mi abrigo nuevo para ir al supermercado.
Ya no guardo mi mejor loción para fiestas especiales, la uso cada vez que me apetece hacerlo. Las frases 'algún día...' y 'uno de estos días', están desapareciendo de mi vocabulario. Si vale la pena verlo, escucharlo o hacerlo, quiero verlo, escucharlo o hacerlo ahora.
Son esas pequeñas cosas dejadas sin hacer las que me harían enojar si supiera que mis horas están limitadas. Enojado porque dejé de ver a buenos amigos con quienes me iba a poner en contacto 'algún día', enojado porque no escribí ciertas cartas que pensaba escribir 'uno de estos días'; enojado y triste porque no les dije a mis hermanos y a mis hijos con suficiente frecuencia, cuánto los amo. Ahora trato de no retardar, detener o guardar nada que regalaría risa y alegría a nuestras vidas. Y cada mañana me digo a mí mismo que este día es especial... cada día, cada hora, cada minuto... es especial.

¿Estamos dispuestos a vivir así, cada momento como una ocasión especial que no se acaba nunca?"

Tomado del libro La Culpa es de la Vaca 2 de Jaime Lopera y Marta Bernal

martes, 28 de diciembre de 2010

El Regalo

"Sobre uno de los asientos, un viejo desgreñado sostenía un gran ramo de flores frescas. En el asiento del otro lado se encontraba una joven, cuyos ojos miraban una y otra vez las flores del hombre. Llegado el momento de bajarse, el viejo impulsivamente colocó las flores sobre el regazo de la chica. 'Veo que te gustan las flores', explicó, 'creo que a mi esposa le agradaría que fueran tuyas. Le diré que te las di'. La muchacha aceptó las flores, mientras observaba que el viejo bajaba del autobús, y atravesaba la verja de un pequeño cementerio."

Extraído del libro Sopa de Pollo para el Alma de Jack Canfield y Mark Victor Hansen

lunes, 27 de diciembre de 2010

El Arquero y la Luna

"Un arquero quiso cazar la luna.
Noche tras noche, sin descansar, lanzó sus flechas hacia el astro.
Los vecinos comenzaron a burlarse de él.
Inmutable, siguió lanzando sus flechas.
Nunca cazó la luna, pero se convirtió en el mejor arquero del mundo
".

Alejandro Jodorowsky

Tomado del libro Fracasos Exitosos de Bernardo Stamateas

jueves, 23 de diciembre de 2010

El Puente Fraterno

"Había una vez dos hermanos, Tomás y Javier, que vivían uno al frente del otro en dos casas de una hermosa campiña. Por problemas pequeños, que se fueron haciendo grandes con el tiempo, los hermanos dejaron de hablarse y evitaban cruzarse en el camino.
Cierto día llegó a una de las casas un carpintero y le preguntó a uno de los hermanos si tendría trabajo para él. Tomás le contestó:
- ¿Ve Ud. esa madera que está cerca de aquel riachuelo? Pues la he cortado recientemente. Mi hermano Javier vive al frente y, a causa de nuestra enemistad, desvió ese arroyo para separarnos definitivamente. Así que yo no quiero ver más su casa. Le dejo el encargo de hacerme una cerca muy alta que me evite la vista del frente.
Tomás se fue al pueblo y no regresó sino hasta bien entrada la noche.
Cuál no sería su sorpresa cuando, en vez de una cerca, encontró que el hombre había hecho un hermoso puente que unía las dos partes de la campiña.
Sin poder hablar, de pronto se vió al frente de su hermano, que en ese momento estaba atravesando el puente con una sonrisa.
- Tomás, hermano mío, no puedo creer que hayas sido tú el que haya hecho el puente, habiendo sido yo el que te ofendió. Vengo a pedirte perdón.
Y los dos hermanos se abrazaron. Cuando Tomás se dio cuenta de que el carpintero se alejaba, le dijo:
- Buen hombre, ¿cuánto le debo?¿Por qué no te quedas?
No, gracias -contestó el carpintero-. ¡Tengo muchos puentes que construir!"

Extraído del libro La Culpa es de la Vaca 2, de Jaime Lopera y Marta Bernal

Ciertamente a veces el tiempo convierte los pequeños problemas sin resolver en problemas aparentemente sin solución, y convierte las pequeñas heridas en grandes haciendo que parezca imposible perdonar. Quizás todo se solucionaría si apareciera un "puente" que sirviera para ver cara a cara el "problema" y darse cuenta que lo más difícil radicaba en "dar ese primer paso" para hallar la solución.