lunes, 30 de agosto de 2010

Este día...

"Observe este día
Porque ayer es sólo un sueño,
Y mañana es sólo una visión,
Pero hoy, bien vivido,
Hace de cada ayer un sueño de felicidad
Y de cada mañana una visión de esperanza.
Mire bien, por tanto, a este día."

Proverbio Sánscrito

domingo, 29 de agosto de 2010

Oración de la Serenidad

"Dios, concédeme la serenidad de aceptar las cosas que no puedo cambiar,
el valor para cambiar las cosas que si puedo cambiar,
y la sabiduría para reconocer la diferencia.
Viviendo un día a la vez,
disfrutando cada momento con calma;
Aceptando las adversidades como un camino hacia la paz;
Tomando, como Tú, este mundo pecador tal como es, y no como me gustaría que fuera.
Confiando que Tú harás que todas las cosas estén bien si yo me entrego a Tú Voluntad.
De modo que pueda ser razonablemente feliz en esta vida y supremamente feliz Contigo en la siguiente para siempre,
Amén."

Reinhold Niebuhr

sábado, 21 de agosto de 2010

Candados Mentales

"Cuentan que una señora pidió un plato de sopa en un restaurante y fue al baño.
Cuando regresó a su mesa vio a un hombre sucio y mal vestido tomando la sopa.
Ella, indignada, decidió sentarse a la mesa, coger otra cuchara y comer de la misma sopa al tiempo que miraba al individuo fijamente a los ojos.
Al terminar la sopa el hombre vino con un plato de tallarines. Ambos comieron los tallarines en silencio. La señora pensó que quizás no era un mal hombre, que tal vez tenía hambre, y que al comprar los tallarines había demostrado ser un caballero.
La señora, arrepentida, se paró para comprar el postre.
Al regresar, el hombre ya no estaba; tampoco su cartera. Así que, desesperada, gritó `¡ladrón, agarren al ladrón!´
La gente corrió a perseguir al hombre. Mientras tanto, la señora volteó y vio una mesa con un plato lleno de sopa y una cartera al costado. Sí, se había equivocado de mesa y le había robado la sopa al hombre sucio y mal vestido.

Como la señora de la historia, a cuántas personas en nuestra vida tachamos de ladrones, injustos, tontos, cuadriculados o flojos cuando realmente no lo son. A cuántas personas discriminamos y les restamos oportunidades.
Seamos lo suficientemente flexibles para cuestionar y destruir los candados mentales. Sólo de esa forma tendremos los lentes claros para aprovechar las oportunidades que nos ofrece la vida."

Extraído del libro El Camino del Líder de David Fischman

W. Clement Stone llamaba telarañas mentales a estos sentimientos, emociones, pasiones, hábitos, creencias y prejuicios que influyen negativamente nuestros pensamientos y nos llevan a equivocarnos... pero no nos sintamos tan mal ni nos juzguemos tan severamente. Como explicaba W. Clement Stone ni los hombres más sabios de la historia estuvieron libres de tales telarañas mentales... lo importante es tratar de liberarnos de ellas para pensar más claramente en el futuro.

jueves, 12 de agosto de 2010

Aprendiendo a vivir...

"Cuentan que un hijo le dijo a su padre que quería ser un líder, y le preguntó cómo podía lograrlo.
El padre le respondió que lo primero que tenía que hacer era estar consciente de sus conductas. Que cada vez que sintiera que había hecho daño a una persona, clavara un clavo en la cerca de su casa.
El hijo aceptó el reto y empezó a tomar mayor conciencia de sus actos. Siguiendo el consejo de su padre, comenzó a poner clavos con el martillo cada vez que hacía daño, maltrataba a una persona o no la respetaba.
Luego de un tiempo el hijo dejó de poner clavos en la cerca, porque ya era consciente de sus actos y trataba bien a las personas. Entonces preguntó a su padre: `¿y ahora qué hago?´
El padre le respondió diciéndole que por cada acto de bien y servicio que realizase, sacase un clavo de la cerca.
El hijo nuevamente aceptó el reto y empezó, poco a poco, a sacar los clavos. Ya estaba despierto, era consciente y además se dedicaba a ayudar a las personas. En poco tiempo logró sacar todos los clavos.
Contento, se acercó donde su padre, quizá con un poco de soberbia y le dijo: `¡He terminado! ¡Logré sacar todos los clavos!. Finalmente he aprendido a ser una mejor persona, un líder´. Sin embargo, acto seguido lo asaltó una duda: `¿ahora qué haremos con todos los huecos que dejaron los clavos en la cerca?´.
El padre le respondió: `No los toques. Están allí para recordarte siempre que en tu camino de aprendizaje dejaste una huella de dolor en la gente y que gracias a su entrega, comprensión y colaboración ahora puedes ser la persona que eres´."

Extraído del libro El Camino del Líder de David Fischman